En España, la normativa sobre tráfico no sanciona directamente el hecho de fumar mientras se conduce pero sí contempla la posibilidad de sancionar a un conductor por incumplir sus obligaciones y demás normas de comportamiento en la circulación.
La DGT aclara: “Fumar mientras se conduce NO es infracción. Puede ser sancionable si se hace provocando distracción o poniendo en riesgo la seguridad vial”.
El hábito de fumar mientras se conduce no está contemplado como una prohibición, pero si es uno de los factores de riesgo que más afecta a nuestra atención en la conducción. Cuando se fuma no se mantiene la vista sobre el escenario vial, ni sobre el resto de usuarios, y además las manos tampoco se mantienen ocupadas, exclusivamente, en el manejo de los mandos y en la dirección del vehículo.
Las distracciones mientras se fuma son varias. Cuando fumamos no tenemos el 100% de nuestros sentidos puestos en la conducción. Además, perdemos la eficacia de una mano, ya que el volante está sujeto únicamente por una sola mano y puede que por parte de la otra; en estos términos, resulta casi imposible que un conductor pueda reaccionar a tiempo ante un imprevisto. También debemos valorar el hecho de encender un cigarro: aquí la distracción es aún mayor porque quitamos la mano completamente del volante y retiramos la vista de la carretera; sin olvidar que encender un cigarrillo implica una distracción mínima de cuatro segundos, es decir, si circulamos a una velocidad de 110 km/h, recorremos nada menos que 120 metros sin control, según datos de Tráfico.
Si nos ceñimos al Reglamento General de Circulación, el artículo 18.1 dice: “El conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía”.
A pesar de que las sanciones por fumar no son habituales, sí pueden darse, considerándolas faltas leves y podrían llegar a los 100 euros de multa. Algo más frecuentes son otras relacionadas con el tabaco y que si están tipificadas, como tirar colillas por la ventanilla del vehículo, que implican la pérdida de cuatro puntos del permiso de conducción y 200 euros.
En algunos países como Estados Unidos, Australia o Canadá está prohibido fumar al volante porque distrae y causa accidentes, y en otros, como Gran Bretaña, Francia, Sudáfrica o Chipre se prohíbe fumar en el coche siempre que vayan niños en el mismo.
En resumen, además de los problemas de salud que causa el tabaco (los cuales son mayores cuando en nuestro vehículo viajan niños, ya que al estar en un sitio tan pequeño, como es un vehículo, la concentración de humo aumenta, así como la inhalación de mayor cantidad de gases nocivos) debemos de tener muy en cuenta que el hecho de fumar mientras se conduce limita los movimientos del conductor, sobre todo, a la hora de encender o apagar el cigarrillo, buscar el cenicero del coche y procurar que no se desprenda la ceniza de él, pues en ese caso, nuestra atención se fijará en donde ha caído la ceniza e intentar quitárnosla para no quemarnos. Pensemos, también, que realmente los trayectos en coche no son tan largos como para no poder evitar fumar dentro del vehículo, puesto que cuando realizamos un viaje largo lo aconsejable es parar cada dos horas, por lo que es esos momentos cuando podemos aprovechar para fumar.